Domingo por la mañana
Hoy me levanto sin ganas de hacer nada pero la verdad es que no puedo estar sin hacer nada. No soy hiperactiva ni nada- Soy más pasiva que activa - Tengo ganas de estar todo el día echada en mi cama pero los libros a mi costado me miran impacientemente. No tengo ganas de emepzar a estudiar.... Trató de alejar la vista hacia otro lugar y arriba de la mesa está mi computadora... Eso me recuerda que tengo un montón de cosas que hacer... pero si tengo que elegir entre eso y los libros... mejor sigo durmiendo...
Like a novel where you have the protagonic
"...Creyó estar loca al ver cosas que no eran ni personas que existían. Anna sabía que solo su cabeza podía estar jugandole una mala pasada. La realidad por lo general suele ser más cruda y de un color gris oscuro. ¿Por que en todo ese tiempo la relidad se había guardado sus secretos y ahora se los tiraba como si no los necesitara más? Su cabeza comenzaba a doler.
Desde hacía rato que su cerebro venía trayendo a su recuerdo, miles de imagenes hermosas que por el momento se transformaban en peliculas y por otros, en canciones. Lo mejor en ese momento sería sentarse. El problema era el lugar dónde hacerlo. El puente que se encontraba cruzando de repente se había hecho más largo de lo que le pareció veces atrás en que ya lo había cruzado.
Tiempo atrás, no lo había cruzado sola.
Sus piernas dejaron de avanzar para comenzar a temblar. La fría noche se encontraba demandante y ni ella podía mantener el poco calor que le daba el estar caminando rápidamente. Se quedó mirando los autos que pasaban por debajo de sus pies. Apoyada en el congelado barandal, su vista comenzó a perderse entre los dos tipos de luces que podía diferenciar. Recordó las palabras de Greg cuando mencionaba que esas luces eran un espectaculo admirable donde todos los conductores eran los protagonistas de un hermoso juego de luces. Una risa en su memoría se soltó por las pavadas que podía llegar a delirar su novio. Sin embargo no fue lo único. Lagrimas comenzaron a brotar por sus ojos sin quitar esa sonrisa por el vivo recuerdo que le traía todo eso que estaba sucediendo. Sus recuerdos cobraban los colores y las formas. Los sabores y los aromas. Ahora todo eso formaba parte de un pasado que se había ausentado por un tiempo y volvía a aparecer cuando las aguas creyó se habían finalmente tranquilizado. ¡Qué injusta resultaba su vida!
La culpabilidad entraba en juego recordandole que el de cabellos negros no era más su novio y que su novio era otro. Un odio contra el mundo comenzaba a crecer mientras que sentía que el puente iría a caer y matarla. Porque en ese momento era eso lo que buscaba. Morirse para remediar el error. ¿Por qué nadie jamás le había dicho la verdad? ¿Por qué había tenido que sonreir como una muñeca al lado de una persona cuando el que ella consideraba el amor de su vida estaba enterrado metros bajo tierra sin ser despedido como correspondía? Estaba prohibido olvidar.
Golpeó su puño contra el frío metal y su sonrisa se desvaneció para formar una mueca de dolor insoportable. Una que quería tomar en silencio ya que los gritos no podían salir de ella. Algo se lo estaba impidiendo. Sin poder retener más fuerzas se arrodilló en el concreto para seguir en su dolor. El frio había pasado a un segundo plano para ser remplazado por el sufrir que sentía.
Los sollozos se hacían más fuertes con el pasar de los minutos. Sus cabellos se habían enmarañado por el viento y la mezcla de sus lagrimas.
Meintras buscaba reponer fuerzas para poder seguir avanzando hasta encontrar un lugar calido. Tomó una de las rejas de la baranda para hacer el embión y levantarse, sin embargo su cuerpo no respondió y volvió a caer.
-¿Necesitas una mano?- La voz confundida a su lado fue imposible de irreconocer. Ella intentó rápidamente de secar con sus puños las lagrimas que no podían parar de salir. No quería la ayuda de nadie.
Su no respuesta solo hizo ponerlo más nervioso. Sin esperar por una refutación o una afirmación tomo del brazo a la castaña para que esta se pusiera de pie. Al hacerlo su pálido rostro quedó a la luz.
-¿Qué es lo que te sucede?- No pudo sostenerse en pie por dos segundos pero los brazos de Andrew la sostuvieron de que volviera al suelo. "¡Contestame!" Repitió con fuerza.
Por un intento de que no se le cayera la atrajo a sí mismo en un abrazo. Fue ahí cuando notó la alta temperatura que su cuerpo había tomado y que se había desamayado."
¿El uno para el otro?
Sigo aún en mi busqueda por poder entender a las personas y sobre todo, el saber porque piensan así... Ninguna es igual a otra por más que digan: "¡Che! pero sos igual a Fulanito" Si yo le dijera todos los que no parecemos a fulanito señor/a/ita... Es por esto que pienso que solo nos queda complementarnos en el otro, el que es distinto a nosotros "el que encaja". El simbolo del Ying Yang es la prueba fehaciente de que es así. Pero ¿Qué pasa cuando la ecuación "el uno para el otro" falla? ¿Cuando existe una falla en el encuentro?
Mito de Psyche y Eros
Por Adriana Sulle - Diego Zerba
Cuentan que un rey de la antigua Hélade tenía tres hijas, siendo la menor de todas, Psyche, la más hermosa. Era tan deslumbrante que aunque se tratara de una simple mortal, los muchachos se le acercaban a gritarle ¡diosa!
Afrodita, siempre proclive a embarrar la cancha (no hay que olvidar su responsabilidad en el inicio de la guerra de Troya), no toleró tamaña belleza de una mortal y ordenó a su hijo Eros que la enamorara del más horrible y despreciable de los hombres. Aunque ella era una diosa no las tenía todas consigo (como ocurría con los dioses helénicos), y fue su hijo quien quedó flechado (con sus propias flechas) por este bombón de princesa llamada Psyche. Así es como Eros lleva a su amada a un bulo oculto, para visitarla cada noche y luego desaparecer con el alba.
Mientras tanto en la casa del rey se había armado flor de lío por la ausencia de la chica, y el monarca decide consultar al Oráculo de Apolo para averiguar en los designios del dios la suerte que había corrido. Este le dice que había formado pareja con un monstruo feroz cuyo gusto era atormentar a los dioses y los mortales (modo que por enigmático no es menos preciso para
caracterizar al dios del amor). Por su parte las hermanas de Psyche, tan envidiosas como Afrodita, echaban leña al fuego diciendo que no presentaba al muchacho con el que se había ido a vivir porque era grasa y feo.
Entretanto la princesa vivía como una reina en un palacio construido en el bosque (con seguridad privada), donde la atendían misteriosos servidores que ella no veía, como así tampoco lograba ver a su amante que por la noche se presentaba para darle una alegría y desaparecía con la primera luz del día.
Un día las hermanas envidiosas descubren el bulo y como si nada llegan a visitarla con una docena de factura.
-“Qué divina estás, que linda casa tenés”, le decían de un modo meloso, mientras que cuando Psyche se alejaba la descueraban con todo. Al comenzar la tercera ronda de mate las hermanas no aguantaron más y le preguntaron a la princesa por su pareja. Ella les contestó de este modo:
- “¡Joya! Es divino, tenemos un sexo bárbaro, pero me está prohibido verlo”
- “No seas boluda y una noche miralo” –le dicen con muy mala leche las hermanas-. Ese chabón debe ser un monstruo horrible –agregan- y por eso no te deja verlo.”
Para su infortunio sigue el consejo, y cierta noche se acerca a su amante con una lámpara de aceite para descubrir quien es. Recibe la mejor de las sorpresas cuando descubre que es Eros, el más bello de los dioses. Pero temblorosa por la emoción deja caer una gota de aceite de la lámpara sobre el dios, interrumpiendo de esa manera su plácido sueño. Se despierta re-mal por la traición de la princesa y hace las maletas para partir y nunca más volver. Psyche queda sacada (para colmo en su envase de “lexotanil” no había ni una sola píldora), y sale corriendo de la habitación hasta llegar a un barranco desde donde se arroja al río que atraviesa las profundidades de un lejano valle.
Cuando uno quiere verse en el otro irremediablemente se pierde...
Mito de Psyche y Eros
Por Adriana Sulle - Diego Zerba
Cuentan que un rey de la antigua Hélade tenía tres hijas, siendo la menor de todas, Psyche, la más hermosa. Era tan deslumbrante que aunque se tratara de una simple mortal, los muchachos se le acercaban a gritarle ¡diosa!
Afrodita, siempre proclive a embarrar la cancha (no hay que olvidar su responsabilidad en el inicio de la guerra de Troya), no toleró tamaña belleza de una mortal y ordenó a su hijo Eros que la enamorara del más horrible y despreciable de los hombres. Aunque ella era una diosa no las tenía todas consigo (como ocurría con los dioses helénicos), y fue su hijo quien quedó flechado (con sus propias flechas) por este bombón de princesa llamada Psyche. Así es como Eros lleva a su amada a un bulo oculto, para visitarla cada noche y luego desaparecer con el alba.
Mientras tanto en la casa del rey se había armado flor de lío por la ausencia de la chica, y el monarca decide consultar al Oráculo de Apolo para averiguar en los designios del dios la suerte que había corrido. Este le dice que había formado pareja con un monstruo feroz cuyo gusto era atormentar a los dioses y los mortales (modo que por enigmático no es menos preciso para
caracterizar al dios del amor). Por su parte las hermanas de Psyche, tan envidiosas como Afrodita, echaban leña al fuego diciendo que no presentaba al muchacho con el que se había ido a vivir porque era grasa y feo.
Entretanto la princesa vivía como una reina en un palacio construido en el bosque (con seguridad privada), donde la atendían misteriosos servidores que ella no veía, como así tampoco lograba ver a su amante que por la noche se presentaba para darle una alegría y desaparecía con la primera luz del día.
Un día las hermanas envidiosas descubren el bulo y como si nada llegan a visitarla con una docena de factura.
-“Qué divina estás, que linda casa tenés”, le decían de un modo meloso, mientras que cuando Psyche se alejaba la descueraban con todo. Al comenzar la tercera ronda de mate las hermanas no aguantaron más y le preguntaron a la princesa por su pareja. Ella les contestó de este modo:
- “¡Joya! Es divino, tenemos un sexo bárbaro, pero me está prohibido verlo”
- “No seas boluda y una noche miralo” –le dicen con muy mala leche las hermanas-. Ese chabón debe ser un monstruo horrible –agregan- y por eso no te deja verlo.”
Para su infortunio sigue el consejo, y cierta noche se acerca a su amante con una lámpara de aceite para descubrir quien es. Recibe la mejor de las sorpresas cuando descubre que es Eros, el más bello de los dioses. Pero temblorosa por la emoción deja caer una gota de aceite de la lámpara sobre el dios, interrumpiendo de esa manera su plácido sueño. Se despierta re-mal por la traición de la princesa y hace las maletas para partir y nunca más volver. Psyche queda sacada (para colmo en su envase de “lexotanil” no había ni una sola píldora), y sale corriendo de la habitación hasta llegar a un barranco desde donde se arroja al río que atraviesa las profundidades de un lejano valle.
Cuando uno quiere verse en el otro irremediablemente se pierde...
Contraejemplo perfecto para la ecuación: Uno para el otro~
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